LAS ELECCIONES,
                                                                                                                            MUESTRA DE LOS AVANCES DEMOCRATICOS DE NUESTRO PAÍS

Es de esperarse que este 2016 sea un año muy complicado electoralmente hablando para el panismo a nivel nacional, situación que está generando cierto nerviosismo entre sus correligionarios. Tal es el caso de uno de sus connotados militantes que llevó al extremo esta preocupación luego de los resultados en las pasadas elecciones en el estado de Colima.

Pasándose completamente por alto los avances democráticos en la historia reciente de nuestro país, Luis Felipe Bravo Mena habla en su más reciente artículo editorial del regreso de la "dictadura perfecta" por el simple hecho de que los resultados no favorecieron a su partido.

Este término, acuñado por Mario Vargas Llosa en 1990 para describir un régimen político que era controlado en su momento por el partido hegemónico, fue utilizado sin fundamento por el blanquiazul para intentar justificar la derrota panista en aquel estado. Sin concederle el valor del poder de decisión que tienen los ciudadanos a través de su voto, Bravo Mena concluye que todo es obra de un "monstruoso partido" que ha controlado Colima desde hace casi 100 años.

Los colimenses decidieron libremente -por dos ocasiones, vale la pena decirlo- quién será su gobernador los próximos seis años, el priísta José Ignacio Peralta. De la misma forma, como los bajacalifornianos han decidido libremente por más de 25 años que sea el Partido Acción Nacional quien gobierne en ese estado fronterizo, o de la misma forma como los capitalinos han elegido libremente a los candidatos del Partido de la Revolución Democrática durante prácticamente 20 años. Bajo la tesis de Bravo Mena estaríamos hablando entonces de una "dictadura perfecta" de facto en Baja California y en el Distrito Federal. El Leviatán tricolor se camuflajeó exitosamente de azul y de amarillo.

Pero no sólo se equivoca al evocar románticamente aquel lapidario calificativo que el mismo Vargas Llosa rectificó 25 años después producto de la nueva realidad política que se vive en nuestro país, sino también se equivoca al argumentar que la alianza conformada en Colima por el PRI y otros partidos constituye un engaño porque fue utilizada solamente con el propósito de ganar el día de la elección sin importar la agenda de gobierno. Bravo Mena, deliberadamente, decidió olvidar que fue bajo este mismo esquema de coalición como logró ganar en su momento Juan Sabines en Chiapas, Gabino Cué en Oaxaca, Mario López Valdez en Sinaloa o Rafael Moreno Valle en Puebla, por citar algunos ejemplos. Los ciudadanos decidieron libremente votar por estos candidatos aliancistas -expriístas todos por cierto-, decepcionados de los gobiernos tricolores.

Esta "neofobia" del panista por las coaliciones partidistas se podría explicar tal vez, por los penosos resultados obtenidos en las elecciones en el Estado de México en donde contendió como candidato a la gubernatura en el 2011. De haberse logrado una alianza entre PAN y PRD, tal vez hubieran obtenido un resultado más decoroso ante Eruviel Ávila Villegas, quién arrasó por más de dos millones de votos de diferencia sobre su más cercano perseguidor. El agua y el aceite no se juntaron, y el candidato panista quedó en un muy lejano tercer lugar con apenas el 12% de la preferencia electoral.

No Don Luis Felipe, ni es el regreso de la "dictadura perfecta", ni las alianzas son un engaño cuando los resultados no nos son favorables. Los colimenses ejercieron su voto y decidieron. Vaya preparando pues mejores argumentos para intentar justificar las derrotas que se le avecinan al PAN en la mayoría de las 12 elecciones de este año, porque los utilizados en el caso de Colima, son demagogia pura.

@ErnestoCR_
Presidente Estatal del PRI en Campeche